21 jul 2011

Facebook y los límites de la privacidad: los de ellos y los tuyos


Facebook no tiene un buen historial en el manejo de los asuntos relacionados con la privacidad de sus usuarios, cuestión que arrastra desde las mismas bases de sus orígenes. Una de las primeras aplicaciones que permitió a Mark Zuckerberg comprobar el poder viral de compartir información personal consistía en un sencillo sistema para puntuar online a las chicas de la universidad: los usuarios subían dos fotos de chicas y el resto puntuaba en comparación de una con otra... todo ello obviamente sin consentimiento alguno por parte de ellas. Cuando Facebook estuvo terminado en su primera versión y comenzó su andadura por la red, lo primero que hicieron Mark y su equipo fue volcar las bases de datos de su universidad... de nuevo sin permiso de los afectados.

Con un pasado así resulta casi natural que cada nuevo servicio aportado por la red social, en busca siempre de una mayor viralización de los contenidos con el fin de aumentar el tiempo medio de estancia de cada visitante, sea implantada sin ningún preaviso y con sus opciones de privacidad reducidas al mínimo por defecto.

El último capítulo de esta saga ha sido el lanzamiento del sistema de reconocimiento facial de fotografías, mediante el cual cada vez que subimos una fotografía el sistema la escanea y sugiere automáticamente los contactos que deberían ser etiquetados. Un sistema, por supuesto, activado por defecto. (Para anular la opción de que otros puedan etiquetarte automáticamente hay que seguir este camino: Cuenta/Configuración de la privacidad/Personaliza la configuración/Cosas que otros comparten/Sugerirme para las etiquetas de las fotos de mis amigos).

Evidentemente observado desde la óptica legal e incluso social del concepto de privacidad tal y como se entiende en España y el resto de Europa, opciones como las citadas deberían ser lanzadas en modo desactivado y dar la opción al usuario de activarlas individualmente por su cuenta. De hecho, el Grupo sobre Protección de Datos del Artículo 29 (27 agencias de privacidad y protección de datos que asesoran a la Comisión Europea sobre temas de privacidad) ya ha anunciado que estudiará el sistema de reconocimento facial por si viola alguna disposición legal, y la red social se ha apresurado a comunicar que "Hemos advertido los comentarios de algunos reguladores sobre esta característica y estamos proporcionándoles información adicional que confiamos satisfará cualquier preocupación que tengan", según la portavoz de la compañía.

Sin embargo, antes de linchar a Facebook por sus políticas en la materia, quizás deberíamos volver al viejo y recurrente debate sobre el uso de herramientas y la responsabilidad de los individuos: ya sabes, no son las armas quien matan, sino la persona que aprieta el gatillo. Al fin y al cabo esta nueva herramienta nunca va a etiquetar directamente a nadie, sino que sugiere la opción y sólo quien sube las fotos (un usuario normal, como tu o como yo) tomará la decisión final de aceptar el etiquetado sugerido.

¿Parecería lógico si recibes un spam desde una cuenta Gmail denunciar a Google por ser el creador de ese servicio de correo electrónico? No, se denuncia al emisor del mensaje, que es quien tiene la responsabilidad de saber y decidir a quién y a quién no puede enviarle un correo electrónico. De acuerdo, no es exactamente el mismo supuesto, pero tampoco está tan alejado.

Que una empresa como Facebook tiene la responsabilidad ética e incluso legal de vigilar al máximo todas sus opciones debido a la gigantesca repercusión que tiene hoy día cualquier texto o fotografía expuesto en uno de sus "muros", es un hecho indiscutible. Pero al tiempo no deja de ser menos cierto que hemos de avanzar en el desarrollo de la "cultura digital" y educar y concienciar a los usuarios en el uso correcto de estas herramientas.

Ya sabes, la próxima vez que Facebook o cualquier otra red social te sugiera conectar, opinar, etiquetar, etc... a un tercero, piénsalo un instante antes de darle al Intro. Y aquí no basta con el clásico "No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti", porque la intimidad es un concepto muy subjetivo, y quizás esa foto en una fiesta con todos un poco "contentos" no te importe a ti que incluya la etiqueta de los fotografiados, pero quizás a tu amigo que trabaja en una consultora muy seria (por poner un ejemplo cualquiera) no le haga la misma gracia.

Así que repitamos: la próxima vez que Facebook o cualquier otra red social te sugiera conectar, opinar, etiquetar, etc... a un tercero, piénsalo un par de veces antes de darle al Intro.



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